A Nikon le ha costado jubilar su flamante D3S, ya que tras dos años de éxito y miles de usuarios encantados el buque insignia de la marca ya tiene nuevo sucesor. Se trata de la D4, una réflex digital de formato completo que aumenta los píxeles de su predecesor hasta alcanzar los 16,2 megapíxeles, además de la sensibilidad ISO (ahora de 204.800 en Hi-4) y un nuevo modo de captura a tamaño completo en formato FX. El vídeo también se ha visto mejorado hasta los 1080/30p, acompañado de un nuevo medidor 3D Color Matrix Metering III de 91.000 píxeles RGB que evaluará el color y el brillo de la escena con muchísima más precisión que los 1.005 píxeles de la D3S.
Su pantalla de 3,2 pulgadas con 921.000 puntos de resolución brinda un ángulo de visión de 170 grados, perfecta para previsualizar los vídeos grabados en alta resolución (aunque también podremos hacer uso de la salida HDMI integrada). El fabricante sitúa el encendido de la cámara en 0.012 segundos y puede capturar 10 imágenes por segundos a resolución total. El nuevo sistema de autoenfoque de 51 puntos es compatible con todas las lentes de Nikon, incluso cuando éstas se acoplan a un extensor, y en cuanto al formato de almacenamiento, ofrece doble ranura en la que poder conectar Compact Flash de tipo UDMA-7 y las nuevas XQD con velocidades de hasta 125 MB/s. Lo mejor de todo es que este monstruo fotográfico a cuidado su precio, situándose en los 5.999,95 dólares (una cantidad todavía inalcanzable para mucho pero muy interesante para muchos profesionales).
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